28 de mayo de 2012

dees = racista

David Dees es un ilustrador estadounidense cuya sátira política se enmarca en la denominada "teoría de la conspiración". Mediante montajes gráficos denuncia* explícitamente las maniobras oscuras de los Poderes que tiranizan a la población. Apunta hacia los banksters, a la violencia policial, lo relacionado con el Nuevo Orden Mundial (NWO)... además de otros temas más en la pura línea "conspiranoica" como el HAARP (uso de tecnología de ondas para el control mental, geofísico y meteorológico), las vacunas, el asunto ET, etc.

Otra de sus constantes es la imputación al sionismo como causante detrás de todo esto. El autor manifiesta no ser antijudío, sino querer mostrar lo que el Estado de Israel y el lobby sionista imperante en los USA perpetran a lo largo y ancho del Planeta. Entre los detalles relacionados con esto último, por ejemplo, expone la cifra impuesta por dogma de fe de los 6 millones de judíos muertos durante la II Guerra Mundial**. Hasta aquí poco que objetar pero, llegados a este punto, se detectan errores no menores en los mensajes que Dees cuela en sus obras, defendiendo y avalando opciones políticas que nada tienen que ver con una visión libertadora: la Rusia de Putin, el ultra-liberalismo republicano de Ron Paul, el anticomunismo tradicional yankee, la NRA (asociación del rifle)...

La metedura de pata determinante que lo desacredita es el racismo y xenofobia patente en su forma de tratar temas como la inmigración o el colonialismo.




De arriba a abajo: Avalancha de charros invadiendo la frontera. Un grupo de esterotipos mejicanos "anti-americanos" colándose en camioneta por el corredor de Texas (Estado robado a México en 1845). Más mejicanos, espalda-mojadas pobres, pasando la frontera y presentados por el autor como un "peligro". El asesinato de granjeros afrikaaners visto como "genocidio blanco" (¿"miles"?). Las caricaturas reproducen sin mucha gracia los típicos clichés: del mejicano bullicioso portando sombrero, guitarra y tequila; al negro tribal con machete, violento y brutal.

Nos encontramos, pues, ante un elemento contaminador que reproduce consignas y juicios de valor propios del nacionalismo (patriota y opresor), que desvía la atención, y sólo favorece la división y culpabilización de la clase de los explotados. Señalar al inmigrante es equivocado y cobarde (además, manda cojones que precisamente eso se haga en los USA). Lo mismo sucede al plantear un supuesto "genocidio" de blancos en Sudáfrica, cuando la población autóctona sufrió durante años -incluso siglos- los asesinatos y el sometimiento al invasor, y luego la injusticia y discriminación durante el régimen del Apartheid que Dees parece añorar, y que acarreó muchos más víctimas que los colonos propietarios.

* Incluso en este vertedero de despojos e información que estás leyendo se ha hecho uso de su obra ocasionalmente, como en esta entrada.
** Un número manipulado de modo interesado para contribuir al victimismo que empujó la creación y posterior impunidad del Estado de Israel. Aún la cantidad de 4 millones, preponderante en la historiografía, parece también inflada. El problema es que este planteamiento, derivando en la negación del llamado "Holocausto" de la II G.M., es defendido por el revisionismo relacionado con el neo-fascismo.